El acné es una enfermedad inflamatoria crónica con alta prevalencia a nivel mundial. Aproximadamente un 80% de las personas lo sufren en algún momento, especialmente entre los 15-17 años.
En algunos casos puede persistir en edad adulta causando efectos psicológicos que pueden afectar a la calidad de vida del paciente.
Aunado a esto, los brotes de acné se están convirtiendo en algo más que frecuente en los adultos, y que según los expertos, también tienen mucho que ver con situaciones como el estrés, por lo que detrás de un componente hormonal en momentos concretos o más allá de tener la piel grasa, también los granos salen por un claro componente anímico, acompañado de otros factores como la contaminación, que contribuyen a que las pieles estén produciendo más grasa o sebo del que deberían.